Este es un tema bien importante. Los perros son carnívoros, su constitución genética sigue siendo la misma que la de sus ancestros los lobos, con iguales características anatómicas; es decir, con mandíbulas que solo mueven de arriba hacia abajo. A diferencia de nosotros los humanos, que somos omnívoros y podemos moverlas lateralmente y de los rumiantes herbívoros, que las pueden mover más horizontalmente, debido a que necesitan machacar bien los alimentos con sus dientes planos, para llevar el bolo a sus grandes compartimientos estomacales en los que se fermentan para devolverlos una vez más a la boca, remasticarlos y mezclarlos nuevamente con la saliva, para completar la digestión (este es el proceso de la rumia).
En el caso de los perros, que son carnívoros, tienen un tracto digestivo más pequeño, corto, el
ciego (órgano situado entre el intestino delgado y el intestino grueso) es pequeño y los alimentos pasan rápido; en el caso de los caballos y vacas, el ciego es muy grande y detiene más el paso de los alimentos (en los caballos este órgano es el causante de los cólicos mortales, al compactarse el alimento seco granular en el ciego, problema que ocurre algunas veces debido a los cambios de dieta).
Lo más importante esta en la dentinción; los perros están dotados de grandes y afilados colmillos con lo que desgarran su presa, la despedazan y la engullen prácticamente sin masticar, lo puedes observar en tu mascota cuando esté comiendo; es decir, están capacitados para ingerir, al igual que sus ancestros, una presa cruda.
En la naturaleza se la comen con patas y plumas, el agua la adquieren de la sangre, de la carne cruda obtienen un consumo alto en proteínas y bajo en grasas, ya que no existen animales obesos, y la única fuente de carbohidratos y enzimas que consumen, las obtienen del tracto digestivo de la víctima, mientras que la fibra la obtienen del pasto y de las bayas que consiguen.
La domesticación ha traído consigo el sedentarismo en las mascotas y la vida agitada del hombre de la ciudad ha hecho que se imponga la economía de tiempo y que nos volvamos muy prácticos. Por eso preferimos darles alimentos o piensos fabricados con maíz, trigo o arroz, que traen como consecuencia muchos perros gordos, diabéticos e incluso con cáncer intestinal. En el proceso de fabricación y extrusión, que consiste en el rompimiento de las proteínas, se generan aminas y almidones que a su vez producen acilamidas, ambas sustancias cancerígenas.
Hoy en día se fabrica la comida seca, sin granos, lo que ha determinado un aumento en su consumo. Sin embargo, es aconsejable leer la etiqueta del producto y evitar los que contienen, como fuente de carbohidratos, papas y lentejas, ya que contienen lecitinas que pueden causar
enteritis.
Existe infinidad de marcas de alimentos muy buenas y balanceadas. La mejor alimentación, biológicamente hablando, es la que tiene alta cantidad de humedad y proteínas, moderadas en grasas y baja en carbohidratos. Hay que consultar las etiquetas. Con respecto a la cantidad, lo mejor es ponerle la primera vez, por ejemplo, tres puños de alimento en su plato y si se comió dos y medio, esa será la cantidad que le proporcionarás las veces que le toque. Para formarse una idea más precisa: ellos consumen de 3% a 4% de su peso en alimento, de modo que la ración se irá aumentando con el crecimiento. La medida del incremento la determina si permanece lamiendo o no el plato al terminar de comer; en ese sentido, le irás aumentando la dosis. Es decir, hasta que se muestre satisfecho y no siga lamiendo.
Es muy importante retirar la comida a los cinco minutos de habérsela puesto. No la dejes ahí si no se la come toda y en el caso que no coma nada, retírala y se la vuelves a poner por la tarde. En cambio, el agua filtrada sí se la puedes poner
ad libitum y dejársela.
No debemos darle pan, harinas, féculas, dulces, pastas, ya que le podrías producir muchos trastornos en la piel. En el caso de darle comida cruda casera, esta debe ser fresca y pura, ya que contiene todas las enzimas y nutrientes que muchas veces destruimos cuando las cocinamos.
Se le puede dar indistintamente comida cruda, congelada o cocinada, lo importante es que no se generen desequilibrios nutricionales al omitir o incurrir en deficiencias de algun alimento como las grasas o proteínas.
