Padres e hijos deben ser responsables con ese nuevo ser vivo que llegará al hogar y que durará en la familia aproximadamente de 12 a 14 años.
La responsabilidad de cuidar a una mascota, que dependerá completamente de quien la obtenga, no debe tomarse a la ligera. A veces, la adquisición obedece a un capricho pasajero sin que los miembros de la familia estén lo suficientemente preparados para tenerla, ni haber pensado bien al respecto. Es que si no está dispuesto a invertir tiempo, esfuerzo y dinero para atenderla adecuadamente durante toda su vida, mejor es no adquirirla para no tener problemas o decepciones posteriores que traigan arrepentimiento.
Al final, es el animal el que sufre más, ya que después podría ser regalado o iría a parar a un centro de refugio de animales. Por esta razón. es importante conversar con toda la familia el tema de la nueva adquisición de la mascota, sobre todo para determinar quién será el principal responsable de sus cuidados.
En el diario quehacer se ha observado que la madre termina siendo la que hereda todas las responsabilidades de los hijos, quienes ya no se ocupan de las obligaciones recibidas al principio. No es justo ni deseable que el cachorro se convierta en un factor de malestar ni reproches.
Si hay otra mascota en casa, es prudente "presentarlos" en un entorno neutral fuera de casa para ver cómo interactúan, y si se acostumbran o no a estar juntos y en armonía. De no congeniar, recomiendo consultar con un especialista en comportamiento canino, quien podrá dar consejos más útiles.
Es primordial escoger un perrito que encaje con tu estilo de vida. Por ejemplo, si tú viajas mucho, sería mejor un de raza pequeña; si te gusta salir a la montaña con él y realizar caminatas largas, hay ciertas especies ideales para ello como veremos más adelante.
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